viernes, 8 de marzo de 2013

Una excavación internacional en Chazumba aporta nuevos datos sobre las primeras poblaciones humanas mexicanas de hace 25.000 años


  • Se han puesto al descubierto dos defensas completas de gonfoterio, una especie emparentada lejanamente con el elefante actual de hace más de 10.000 años.
  • En aquella época hacia menos frío que ahora y el paisaje seria más tropical
 Las defensas de gogonterio descubiertas miden sobre 1,8 metros - INAH
Avanzar en el conocimiento de las primeras poblaciones mexicanas ha sido el objetivo de la cuarta campaña de excavación que ha llevado a cabo un equipo internacional integrado fundamentalmente por personal investigador de México y de Cataluña (España) durante todo el mes de febrero y los primeros días de marzo. Los trabajos se han desarrollado en el yacimiento arqueopaleontológico de Barranca del Muerto, en Santiago Chazumba, Oaxaca (México) y, entre otras cosas, ha permitido obtener restos de algunas especies de fauna de aproximadamente 25.000 años antes del presente que aún no se habían documentado en este lugar.
Equipo que ha participado en las excavaciones de Chazumba esta campaña - INAH
Entre los restos de animales nuevos descubiertos sobresalen el mencionado gonfoterio perteneciente al género Cuvieronius, así como el perezoso terrestre Eremotherium laurillardi, el milodonte Paramylodon harlani, el gliptodonte Glyptotherium sp., el venado Odocoileus sp., la rata montera Neotoma sp., el ratón metorito Microtus cf. mexicanus, el conejo Sylvilagus, dos tortugas de los géneros Kinosternon y Gopherus, así como restos de anfibios y aves aún no determinados.  
“La presencia de esta fauna indica que hace 25.000 años el paisaje era distinto al actual pues entonces pudieron existir fuentes permanentes de agua, un clima menos frío y una vegetación distinta, más semejante a bosques que pudieron ir de templados (coníferas) a tropicales”, explica Joaquin Arroyo, investigador del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia).
Eudald Carbonell (izquierda) y Ramon Viñas, investigadores de l'IPHES, excavando en Chazumba en febrero - INAH
Además se han recuperado dos defensas completas de un gonfoterio del género Cuvieronius, una especie emparentada lejanamente con los elefantes actuales. “Miden aproximadamente 1,80 m y están en condiciones de conservación regulares  que los movimientos del suelo con el tiempo les han causado fracturas de mayor o menor tamaño”, apunta Joaquin Arroyo.  Este animal ya había sido registrado en temporadas anteriores tanto en el depósito en Chazumba II que corresponde al sitio del hallazgo de las defensas como en Chazumba I que fue donde se iniciaron las excavaciones.
Estos trabajos arqueopaleontológicos forman parte del proyecto de investigación “Biodiversidady Sociedades Cazadoras Recolectoras del Cuaternario de México” y se han efectuado bajo la codirección de Ramón Viñas, investigador del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana y Evolució Social) y Joaquín Arroyo.
El equipo en acción, en uno de los niveles del yacimiento de Chazumba - INAH
La campaña contó con la participación de Eudald Carbonell, director del IPHES que estos días esta de gira impartiendo varias conferencias por aquel país, miembros de la ENAH (Escuela Nacional de Antropología e Historia), como Irán Rivera, palinóloga y también codirectora del proyecto específico en Chazumba, así como Alejandro Terrazas y Martha Benavente de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), además de estudiantes de arqueología y biología.  
 Eudald Carbonell presentando la conferencia de Ramon Viñas (centrado en el centro), en Ciudad de México este mes - INAH
Coincidiendo con la excavación se efectuaron diversas acciones de socialización, como algunas charlas para dar a conocer el proyecto, que tiene sus orígenes en 2007 con el fin de conocer el origen y las características de las primeras poblaciones humanas mexicanas y su contexto paleoambiental, en sus etapas más tempranas, que podrían situarse en una cronología al entorno de 20.000-25.000 años si llegan a corroborarse algunas observaciones en hueso y minerales de posibles modificaciones antrópicas. 

No hay comentarios: