miércoles, 20 de mayo de 2009

Estudian los dientes de las primeras poblaciones chilenas para saber en qué los utilizaban, cuál era su dieta y las patologías que sufrían

Se hallaron en San Vicente de Tagua Tagua, en una antigua laguna que documentó Darwin en 1834

Localizar y estudiar marcas en los dientes de las primeras poblaciones humanas chilenas con el fin de determinar para que actividades los usaban, además de las propias de la masticación, cuál era su dieta y que patologías sufrían entre hace 8.000 y 1.000 años han sido los objetivos principales de la estancia reciente en Chile de Marina Lozano y Xosé-Pedro Rodríguez, personal investigador del IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social), en el marco del proyecto Ocupaciones humanas y evolución de los asentamientos en la transición pleistoceno-holoceno en Chile central, que coordina este último y que se lleva a cabo junto con un equipo de científicos de aquel país, entre ellos los profesores Donald Jackson y Eugenio Aspillaga, del Departamento de Antropología (Facultad de Ciencias Sociales) de la Universidad de Chile, miembros a su vez de la Red de Orígenes que promueve dicho instituto.

Miembros del equipo chileno y catalán en el yacimiento de Cuchipuy este mayo - IPHES

“Una de las cosas que se pretende averiguar con la utilización del microscopio electrónico son las actividades paramasticatorias realizadas con los dientes. Por ejemplo, marcas efectuadas al sujetar y estirar materiales, o señales que pudieran hacerse con el filo de alguna herramienta lítica al cortar algo que sujetaban con los mismos”, cuenta Marina Lozano, recién llegada ya de Chile.

“Otro objetivo–añade- es identificar patologías dentales y también estudiar el desgaste de estos dientes, para poder inferir la dieta de estos grupos humanos. Como hay fósiles humanos de cuatro niveles arqueológicos diferentes, datados desde hace algo más de 8.000 años hasta hace unos 1.000 años, se podrá ver cómo evoluciona la alimentación de estos grupos y cómo utilizan sus dientes a lo largo del tiempo”.

Marina Lozano, analizando dientes hallados en Cuchipuy, durante su estancia en Chile - IPHES

Este estudio se basa en restos fósiles hallados en el yacimiento de Cuchipuy, por parte del equipo de los profesores Jackson y Aspillaga. Para no trabajar con los restos originales y así preservarlos de cualquier alteración, se efectúan moldes, que ha realizado en la Universidad de Chile Marina Lozano; posteriormente, ahora ya en Tarragona, los analizará con microscopio electrónico, y los datos obtenidos con los dientes de Cuchipuy se compararan con los de poblaciones europeas de cronologías similares, por ejemplo, los de la Cueva del Mirador, en Atapuerca (Burgos).

El yacimiento de Cuchipuy está situado en el municipio de San Vicente de Tagua Tagua, a unos 140 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Concretamente está ubicado en lo que era el borde de una antigua laguna, que se desecó a mediados del siglo XIX. “Por cierto, Darwin estuvo en esta zona de Chile hacia 1834 y describió la Laguna de Tagua Tagua, pocos años antes de que se quedara sin agua”, observa Xosé-Pedro Rodríguez.

Vista general de Cuchipuy - IPHES

Cuchipuy es un yacimiento al aire libre con materiales en contexto estratigráfico, que corresponden al menos a cuatro niveles diferentes, con varias dataciones de C14 que les da una antigüedad de entre los 8.000 y 1.000 años antes del presente. “De esta manera, podemos estudiar la evolución del poblamiento en el centro de Chile durante al menos unos 7.000 años”, afirma Xosé-Pedro Rodríguez.

Entre los materiales localizados hay numerosos fósiles humanos procedentes del nivel inferior (con algo más de 8.000 años), que se encuentra entre los más antiguos de toda América. Además, también han aparecido restos de fauna, instrumentos y adornos de hueso, hogares, y, en los niveles más modernos, cerámica. “En este relevante sitio, reanudamos durante nuestra estancia allí –manifiesta Xosé-Pedro Rodríguez- los trabajos estratigráficos para la toma de nuevas muestras para análisis radiocarbónico (C14) y de sedimentos del yacimiento.

“Todavía no sabemos si por debajo de los niveles inferiores podríamos localizar materiales arqueo-paleontológicos incluso más antiguos. De hecho uno de nuestros objetivos con las nuevas excavaciones que estamos planteando es poder localizar materiales paleoindios (es decir con alrededor de 10.000-11.500 años de antigüedad)”, correspondiente a los primeros grupos humanos que llegan al continente americano, comenta el mismo investigador.

Además de Cuchipuy, Rodríguez y Lozano han visitado otros yacimientos antiguos de Chile como los situados en la zona de Los Vilos, en la costa central chilena. En este sector se han localizado los concheros más antiguos de América, así como yacimientos paleoindios, como por ejemplo Quereo y Santa Julia.

Marina Lozano al fondo, durante su conferencia en Chile - IPHES

Además, en el marco de este viaje científico, Marina Lozano impartió la conferencia “Los fósiles humanos de la Sierra de Atapuerca” en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. En su intervención, que fue seguida por un numeroso público, efectuó un recorrido por los distintos yacimientos de la Sierra de Atapuerca (Burgos), dónde ha aparecido el primer europeo, con una antigüedad de 1,2 millones de años, en la Sima del Elefante. Incidió especialmente en Gran Dolina, donde se identificó restos de una nueva especie, Homo antecessor, con evidencias de que allí se practicó el canibalismo hace unos 800.000 años.

También se refirió a los restos de Homo heidelbergensis localizados en Galeria-Zarpazos y, sobre todo, en la Sima de los Huesos. En relación con estos restos, Marina Lozano expuso los estudios realizados sobre los dientes. Por último comentó los restos de Homo sapiens localizados en la Cueva del Mirador, remarcando también las evidencias de canibalismo, así como los estudios dentales realizados con estos fósiles.