martes, 23 de diciembre de 2008

Descubren evidencias de pintura rupestre en el valle peruano del Cusco cerca del Machu Picchu

Encuentran, además, por primera vez restos de paleofauna de unos 20.000 años que convivió con las primeras poblaciones humanas de la zona


Una primera exploración en terrenos de cuevas cársticas del Valle del Cusco, en la provincia del mismo nombre donde se encuentra también el Machu Picchu (a unos 120 kilómetros de distancia), ha puesto al descubierto evidencias de pinturas rupestres, según ha podido confirmar el experto del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), Ramon Viñas, con las primeras observaciones efectuadas. "Se trata de pinturas de trazo esquemático y está realizado en color rojo, recubiertas -comenta- por capas de concreción que ponen de manifiesto cierta antigüedad, pero que dificultan captar bien su contenido. Tendremos que hacer un estudio más a fondo de las mismas para averiguar la temática representada y su filiación cronocultural".

Una imagen de las pinturas rupestres descubiertas - Crédito: IPHES

El hallazgo se produjo durante el trabajo de campo que se llevó a cabo hace unas semanas entre un equipo científico integrado por miembros de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco y del IPHES (Instituto catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social), coincidiendo con el viaje de Eudald Carbonell e Igor Parra, director y coordinador de Proyectos Internacionales respectivamente de dicho instituto, al Perú, donde la mencionada universidad nombró Carbonell profesor honorario, equivalente a honoris causa y, a su vez, miembro activo del claustro de profesores. En el equipo internacional había expertos de diferentes disciplinas entre ellos biólogos, geólogos, químicos y botánicos, además de arqueólogos.

"Ésta es la primera vez que de una manera rigurosa se exploran cuevas cársticas del Cusco", asegura Igor Parra. "El gran problema de este valle –puntualiza- es que no hay registros arqueológicos de las primeras ocupaciones humanas, pero este equipo peruano-catalán ha conseguido poner al descubierto las primeras evidencias de pinturas rupestres en la parte más meridional del Cusco, un lugar que está muy cerca de la fortaleza inca de Sacsahuaman. Además, hemos encontrado brechas fosilíferas con megafauna y en una de las cuevas de la misma ciudad de Cusco, una hacha paleolítica".

Restos de paleollamas localizados en el valle del Cusco - Crédito: IPHES

"Estos hallazgos -prosigue Igor Parra- nos indican que toda esta zona tiene un gran potencial. Cuándo se detengan las lluvias del verano, se organizará una excavación conjunta con los científicos peruanos que abarcará más de 20 metros cuadrados, siempre con la finalidad de acercarnos al conocimiento de las primeras poblaciones del Cusco".

Las brechas donde se han localizado estos primeros hallazgos están constituidas por los materiales que se acumulan dentro de los bloques de piedra cárstica, como sucede en Cataluña en el yacimiento del Abric Romaní (Igualada-Barcelona).

Sobresalen también los restos de camélidos, concretamente de paleollamas, un animal muy típico de la zona, encontrado en la matriz de una brecha de unos 50.000 - 60.000 años, es decir, del Paleolítico Medio Superior, descubierta por Eudald Carbonell.

Equipo catalano peruano que ha trabajado en el Cusco, entre ellos -en primera fila vestido de rojo- Eudald Carbonell - Crèdit: IPHES

"Este hallazgo es también muy importante -manifiesta Igor Parra- porque hemos podido avalar la presencia de paleofauna en el Valle de Cusco, cosa que no se sabía. Es una prueba directa de una parte del tipo de fauna que con la cual convivieron las primeras poblaciones humanas del Valle de Cusco".

viernes, 31 de octubre de 2008

Junto con científicos argentinos y chilenos, el IPHES estudia las primeras ocupaciones humanas de Sudamérica de hace unos 13.000 años


Bienvenido Martínez-Navarro dando una conferencia en Argentina hace unos días; detrás suyo, el profesor José Luis Lanata - Crédito: IPHES

Avanzar en el estudio de las primeras ocupaciones humanas de Sudamérica, de hace unos 13.000 años, junto con investigadores de Chile y Argentina, ha sido uno de los objetivos del viaje científico que ha realizado recientemente Bienvenido Martínez-Navarro, paleontólogo e investigador ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats) en el IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social). En el marco de la Red Latinoamericana Orígenes, que impulsa este instituto, ha efectuado una estancia en dichos países, donde además de pronunciar diversas conferencias ha visitado también algunos yacimientos.


De izquierda a derecha, Eugenio Aspillaga, Bienvenido Martínez-Navarro y Donald Jackson en el yacimiento de Los Vilos, en Chile - Crédito: IPHES

Primero estuvo en Argentina, donde asistió al III Congreso Latinoamericano de Paleontología de Vertebrados e impartió la conferencia plenaria “Carroña, hienas y homínidos: Ecología de la primera dispersión humana fuera de Àfrica”, en Neuquén (Patagonia) y luego impartió otra charla en la Universidad Maimónides de Buenos Aires, organizada por la Fundación Félix de Azara. Bienvenido Martínez-Navarro sostiene que las primeras ocupaciones humanas hacia Eurasia se produjeron de manera paralela a las de otros grandes mamíferos de origen africano, tales como el tigre de dientes de sable Megantereon whitei, el hipopótamo Hippopotamus antiquus, o el mono cercopitécido de gran tamaño Theropithecus oswaldi. “Estas especies formaron parte del entorno ecológico de nuestros antepasados y con ellas tuvieron que interactuar forzosamente de manera continuada en muchas ocasiones, unas como predadores, otras como carroñeros en competencia directa con las hienas gigantes de la especie Pachycrocuta brevirostris, y otras, desgraciadamente, como presas”, cuenta el paleontólogo.


El paleontólogo Martínez-Navarro junto a un tigre de dientes de sable, en una exposición en Argentina - Crédito: IPHES

Sobre esta misma problemática habló también durante su estancia en Chile, concretamente en la Universidad de Santiago. Además, en este país visitó yacimientos como el de los Vilos y el de Tagua Tagua, de entre 10.000 y 13.000 años de antigüedad, junto con los investigadores Eugenio Aspillaga y Donald Jackson, miembros de la Red Latinoamericana Orígenes y profesores de la Universidad de Santiago de Chile. En ambos yacimientos se encuentran evidencias de la presencia humana más antigua en Sudamérica y fauna de grandes mamíferos extintos cazados por nuestros antepasados como mastodontes, ciervos gigantes o caballos extintos entre otras especies.

lunes, 13 de octubre de 2008

Los huesos de animales modificados por humanos, un elemento clave para averiguar el origen del primer poblamiento americano

El origen del primer poblamiento humano en América continua siendo motivo de controversia en el mundo científico. Una vieja teoría sitúa esas primeras ocupaciones en 10.000 años antes del presente y niega, o más bien negaba, cualquier evidencia de poblamiento previo: es lo que se recoge bajo el concepto de “Clovis first”. En los últimos años, las excavaciones efectuadas en diversos países como en México han aportado información muy valiosa, sobre todo gracias al estudio de los restos hallados de fauna en yacimientos como Tocuila, Santa Isabel Ixtapa, y Tequisquiac, en el centro de este país. Los estudios se basan en las modificaciones y en los usos observados de los huesos de los animales descubiertos.

Sobre este tema, Óscar Polaco ha ofrecido, en poco menos de una semana, dos conferencias en la Facultad de Letras de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, aprovechando una estancia de intercambio científico con el IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social). Las charlas, bajo el título “El uso del Hueso Modificado en México”, se incluían también dentro de las clases del Máster Erasmus Mundus en Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana, aunque estaban abiertas al público en general. Polaco participa en el proyecto de investigación Biodiversidad y sociedades cazadoras del cuaternario en México que impulsa el IPHES.


Cinta S. Bellmunt.- En este contexto de controversia sobre el primer poblamiento humano en América, ¿qué puede aportar el estudio del hueso modificado de la fauna?

Óscar Polaco.- Es relevante en estos contextos debido a que hay muchos sitios en que no existe otra evidencia de dicho poblamiento, como podrían ser restos humanos, lítica, hogares o campamentos.



Óscar Polaco, en el laboratorio de fauna del IPHES - Crédito: Felisa Aguilar

C.B.S.- ¿Qué entienden por hueso modificado?


Ó.P.- Ese concepto se refiere a aquellos huesos cuya forma natural ha cambiado como producto de la intervención, ya sea de agentes naturales (físicos, químicos) o por la acción antrópica, y que pueden contener simples señales de esos cambios, como pequeñas marcas, hasta huesos que han sido transformados en verdaderos utensilios.

El hueso modificado puede ser de humanos o de otros animales en general. En mi caso, yo estudio aquellos que son exclusivamente a animales y de una antigüedad que abarca desde los 50.000 hasta los 10.000; esto es, el Pleistoceno final, que se corresponde con el momento del poblamiento inicial en América.

C.S.B. - Cómo han sido modificados esos huesos y con qué finalidad?

O.P.- La modificación en general incluye marcas de corte, pulido para su uso como soportes, algunos han sido usados como percutores, de otros se han obtenido lascas por percusión y en unos pocos casos existen instrumentos que quedan clasificados fundamentalmente para desengrasar pieles.



Óscar Polaco analiza huesos de fauna de Atapuerca en su estancia en el IPHES para comparar con la de los primeros pobladores de América - Crédito: Felisa Aguilar

C.S.B.-¿Cuál es la importancia de estos yacimientos que usted estudia, como Tocuila, Santa Isabel Ixtapa, y Tequisquiac?


Ó. P.- Estos tres sitios se encuentran en el centro de México, pero no son los únicos; de hecho, se conocen una veintena en todo el país. Cada uno, tiene su propia problemática y forma parte de una controversia sobre su interpretación y posible utilización por los seres humanos. Sin embargo, los sitios mencionados incluyen aspectos de interés. Así, Tequisquiac es conocido por el llamado “Sacro de Tequisquiac”, un hueso modificado considerado una pieza de arte mobiliar que fue descubierto a fines del siglo XIX, cuando aun estaba a debate si existía tal relación entre huesos y humanos. El sacro es entonces la pieza crucial para el despegue de este tipo de estudios en México.

A mediados de los años cincuenta del siglo XX se encontraron dos mamuts en Santa Isabel Ixtapa, los cuales mostraban señales de que sus carcasas habían sido utilizadas por humanos, ya que, además de presentar extensivos cortes en los huesos de los proboscidios, se encontró un conjunto importante de material lítico asociado. Ello, junto con el descubrimiento del hombre de Tepexpan, dio pie a una de las reconstrucciones más conocidas y famosas sobre el cazador de proboscidios.

Finalmente, Tocuila es un yacimiento hallado a finales del siglo XX, donde aparecieron entre cinco y ocho individuos de mamuts; los huesos de algunos de ellos mostraban haber sido golpeados y usados como percutores, dejando de manera visible huellas de lascas en la superficie de los mismos.

Todos esos huesos objeto de estudio tienen principalmente de entre 20.000 y 10.000 años antes del presente. El más antiguo tiene 35.000 mil y es un hogar construido con metapodiales de mamut, que se encontraron extensivamente quemados, en San Luis Potosí, en un pueblo conocido como El Cedral.

C. S. B.- ¿Qué características define a esa fauna o megafauna aparecida?

La megafauna a la que están asociados los huesos modificados, en general, son casi exclusivamente de mamuts, a excepción de Tocuila, donde además de éstos se encontraron también de caballos, camélidos y aves. En el caso de El Cedral, la fauna es abundante y diversa, incluye camélidos, caballos, bisontes, perezosos terrestres, tapires, roedores, lobos, osos, mastodontes, entre otros. En Tequisquiac, el sacro corresponde a un camélido.

Toda la fauna mencionada son formas extintas y típicamente del Rancholabreano, es decir, corresponden a los últimos 120.000 años. Se conoce como megafauna a aquellos animales que rebasan los 150 kg de peso, como es el caso de la mayoría de los animales que estudio.

domingo, 17 de agosto de 2008

El origen de las primeras poblaciones humanas que llegaron a América, tema de debate en México

Información actualizada el 22 de agosto

El IPHES ha participado con ponencias y una conferencia, una de ellas sobre la Red Latinoamericana de Orígenes de la cual es miembro fundador

América fue el último de los grandes continentes donde llegaron los humanos. Este hecho está lleno todavía de muchos interrogantes sin respuesta clara: ¿por dónde llegaron las primeras poblaciones? ¿Cuándo tuvo lugar ese poblamiento? ¿Quiénes protagonizaron esas primeras ocupaciones? Las evidencias arqueológicas permiten afirmar que fueron los Homo sapiens los primeros en alcanzar este territorio, pero poca cosa más se sabe con exactitud.

Hallar respuesta a algunas de esas cuestiones ha sido uno de los objectivos principales del
IV Simposio Internacional El Hombre Temprano en América, que del 18 al 22 de agosto se ha desarrollado en el Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México D. F. , impulsado por la Dirección de Antropología Física del Instituto Nacional de Antropología e Historia de este país. Se ha estructurado entorno a estas áreas temáticas: nuevos datos sobre la antigüedad del hombre en América, posibles rutas de migración a través del Continente, medio ambiente del Pleistoceno/Holoceno Superior en América (paleoclimas, geología, flora, fauna, etc. ), la prehistoria en América, características morfológicas y afinidades genéticas del hombre americano, y dataciones por C14, uranio, argón, etc.

A él han asistido dos investigadores del
IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social): Ramon Viñas y Carlos Lorenzo. El primero mencionado incluso forma parte del comité de enlace de este encuentro científico, además, ha presentado la ponencia que tenía como finalidad dar a conocer la Red Latinoamericana de Orígenes, promovida por dicho instituto, y otra sobre el proyecto de investigación Biodiversidad y sociedades cazadoras recolectoras del cuaternario de México (campaña 2007). Por su parte, Carlos Lorenzo fue invitado para pronunciar una conferencia sobre Atapuerca (Burgos, España), donde se han encontrado los restos de los primeros europeos. El IPHES también ha estat presente en ediciones anteriores.
Resumen de las ponencias presentadas por el
IPHES


Red Latinoamericana de Orígenes

Eudald Carbonell [1], Igor Parra1, Ramón Viñas1, Joaquín Arroyo-Cabrales [2], Alejandro Terrazas, Martha Benavente [3], Donald Jackson [4], José Luis Lanata [5], José Carlos Ramírez [6] y Roberto Rodríguez [7]

En el curso de los años 2006 y 2007,
el primer autor en compañía de colaboradores del IPHES, viajaron a varios países latinoamericanos con objeto de establecer las bases de colaboración internacional, interinstitucional e interdisciplinaria en un proyecto regional para la creación de una red de intercambio científico y académico. Ello sirvió como fundamento para que a principios del año 2008 en Tarragona, España, se firmara el acuerdo para la creación de la Red Latinoamericana de Orígenes (RLO), con representantes de Argentina, Brasil, Cuba, Chile, México y Perú.





Miembros de la Red Latinoamerica de Orígenes durante su estancia en marzo en Tarragona. Ramon Viñas es el segundo por la izquierda, en la última fila, quien estos días asiste al congreso en México - Jordi Mestre / IPHES

El documento firmado por los representantes que asistieron establece que el objetivo de la RLO es el de
generar una amplia base de datos, de acceso libre, que permita el conocimiento sobre la prehistoria de América Latina y, centrada en los procesos evolutivos de los grupos americanos a través de la investigación ecológica, poblacional y tecnológica, en el marco de la dispersión global de nuestra especie, es decir, el aporte del Continente Americano al estudio de la evolución humana. Una red abierta al conocimiento universal de nuestra especie, su evolución y socialización a través de una página web, así como en colaboraciones bilaterales y multilaterales.

Uno de los primeros eventos de la RLO será un simposio referente a la misma planeado para el 53ro Congreso Internacional de Americanista que tendrá lugar en julio de 2009 en Ciudad de México. Asimismo, se planea comenzar a recabar los fondos requeridos para que la RLO sea funcional, aunque en los hechos las colaboraciones entre distintos participantes ya se realizan.
________________________________________
Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, Plaza Imperial Tarraco s/n., 43400, Tarragona (España).
[2] Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, Instituto Nacional de Antropología e Historia. Moneda # 16, Colonia Centro, México. D. F.
[3] Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, 04510 Ciudad de México.
[4] Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile, Chile
[5] Departamento de Ciencias Naturales y Antropológicas, Universidad Maimónides, Buenos Aires, Argentina
[6] Universidad Nacional San Antonio Abad de Cuzco, Perú
[7] Museo Antropológico Montané, Facultad de Biología, Universidad de La Habana, Cuba

Proyecto: Biodiversidad y sociedades cazadoras recolectoras del cuaternario de México (campaña 2007)
Ramon Viñas Vallverdú [1], Joaquín Arroyo-Cabrales [2] y Alejandro Terrazas [3], ´

El proyecto
“Biodiversidad y Sociedades Cazadoras Recolectoras del Cuaternario de México”, nace de la cooperación de personal investigador español y mexicano (IPHES, INAH y UNAM) interesados en el desarrollo y la socialización del conocimiento científico y, en particular, de la investigación arqueológica, paleontológica y paleoecológica para el estudio de la Prehistoria de México. Inicialmente el proyecto contempla excavaciones arqueológicas y paleontológicas, así como el estudio de manifestaciones rupestres, en los estados de Oaxaca, Sonora y Baja California Sur.

Las primeras actividades se han desarrollado en la localidad paleontológica denominada
Barranca del Muerto, en Santiago Chazumba, Oaxaca, con el inicio de la excavación en contextos pleistocénicos (campaña INAH-IPHES 2007), así como el registro de grabados rupestres en el área del Arenoso en Sonora (campaña UNAM-IPHES 2008. Además, parte del equipo ha realizado visitas a los conjuntos rupestres de Sonora y Baja California Sur, acompañados por investigadores del INAH, para determinar los sitios a desarrollar en las próximas campañas.

El proyecto permite que personal científico de México participe en las excavaciones e investigaciones arqueológicas que el
IPHES y el Área de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona llevan a cabo en distintos puntos de la península ibérica como Atapuerca (Burgos). El proyecto está financiado parcialmente por el INAH y la UNAM (México), el IPHES, la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona (España) y la Agencia Española de Cooperación Iberoamericano (AECI) de la Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas de España.

[1] Institut de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES). Plaza Imperial Tarraco s/n., 43400, Tarragona (España)
[2] Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Moneda # 16, Col. Centro, 06060 México. D.F.
[3] Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM, Ciudad Universitaria, México, D.F.

Conferencia los yacimientos de la Sierra de Atapuerca y el poblamiento de Europa Carlos Lorenzo & Eudald Carbonell

Área de Prehistoria, Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, Universitat Rovira i Virgili, Pl. Imperial Tarraco 1, 43001 Tarragona, España.

La Sierra de Atapuerca está situada aproximadamente a unos 14 kilómetros al este de la ciudad de Burgos (España). Esta Sierra contiene un conjunto de cavidades kársticas con rellenos pleistocenos que nos ha proporcionado gran información de cambios climáticos, diversidad faunística, vegetación, actividades humanas, evolución cultural, etc. Además, en tres de sus yacimientos se han encontrado fósiles humanos que documentan la evolución biológica en Europa desde su primer poblamiento: Sima del Elefante, Dolina y Sima de los Huesos. Estos hallazgos han convertido a la Sierra de Atapuerca en un lugar de referencia obligado para el estudio de la evolución humana.



La Sima del Elefante es un relleno kárstico de 24 metros de potencia estratigráfica que contiene 21 unidades y, en sentido descendente a partir de la unidad TE14, todas pertenecen al Pleistoceno Inferior. En el año 2007, hemos descubierto una mandíbula humana de 1,2 millones de antigüedad, por lo que constituye el resto fósil más antiguo de Europa occidental. Los estudios preliminares nos permiten identificarlo con Homo antecesor.


También en la Trinchera del ferrocarril, se encuentra el yacimiento de Dolina, con quince metros de potencia estratigráfica. Desde 1994, en el nivel TD6 se han recuperado más de un centenar de fósiles humanos, junto a más de un centenar de piezas de industria lítica y numerosos restos de fauna. El nivel donde aparecieron se encuentra debajo de la inversión paleomagnética Matuyama-Brunhes, que marca el inicio del Pleistoceno medio, y por lo tanto tienen una antigüedad de unos 800.000 años. Estos restos humanos han sido atribuidos a una nueva especie de homínido, bautizada Homo antecessor. Aunque su posición filogenética en objeto de debate hemos propuesto la hipótesis de que constituye el último antepasado común entre los Neandertales y el Homo sapiens.

En el yacimiento de la Cueva Mayor, en la Sima de los Huesos han sido recuperados hasta la fecha unos 6.000 fósiles humanos pertenecientes a un número mínimo de 28 individuos. Dada la ausencia de herbívoros y de instrumentos líticos, y la absoluta representación de todas las partes esqueléticas, la formación de la Sima de Los Huesos parece corresponder a una acumulación antrópica de cuerpos completos. Los homínidos de la Sima de los Huesos, datados en unos 500.000 años de antigüedad, presentan algunos rasgos craneales y postcraneales que los permite relacionar con los Neandertales, y por lo tanto forman parte de las poblaciones europeas del Pleistoceno medio que dan lugar a los Neandertales del Pleistoceno superior.

Para saber más:

web congreso
http://www.naya.org.ar/eventos/4sihta.htm


web IPHES

http://www.urv.cat/iphes


web Atapuerca

http://www.fundacionatapuerca.com/

jueves, 17 de julio de 2008

El IPHES y la Universidad de Chile buscarán juntos a los primeros pobladores de este país

Se impulsan proyectos de investigación formando a investigadores en el Máster Erasmus Mundus de Arqueología del Cuaternario que imparte la URV


Crèdit foto: Jordi Mestres / IPHES

Donald Jackson es profesor de Arqueología en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Allí forma parte de un equipo interdisciplinar que investiga sobre las primeras poblaciones sudamericanas. Ha venido en diversas ocasiones a Tarragona, la última de ellas en mayo, cuando aprovechó para impartir unas clases sobre esta materia en el marco del Máster Erasmus Mundus en Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana que ofrece la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona (URV).

Además, ha estado en diferentes excavaciones que lleva a cabo el IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y ha mantenido sesiones de trabajo sobre las líneas de investigación que este centro coimpulsa con la Universidad de Chile.

Con él hablamos de la importancia que puede tener esta colaboración, que forma parte del convenio firmado ya hace tiempo por las dos instituciones, así como de la red de investigación científica hispanoamericana que, promovida por el IPHES, tiene que permitir unificar metodologías de investigación, intercambiar conocimiento y docencia, y de esta manera avanzar en el estudio de la evolución humana a nivel planetario.

Cinta S. Bellmunt.- ¿Cuáles son los ejes básicos por los cuales se estructura la colaboración Universidad de Chile, IPHES y URV?

Donald Jackson.- Principalmente, con el profesor Xosé Pedro Rodríguez, de la URV, intentamos impulsar un proyecto común en Sudamérica centrado en la investigación sobre las primeras poblaciones de paleoindios, que trataremos desde diferentes perspectivas como son las ocupaciones humanas, la paleoantropología o la paleontología. Queremos estudiar la distribución espacial de los yacimientos, saber cómo se organizaban socialmente y cómo se produjeron las primeras ocupaciones antes de hace 11.500 años.

C.S.B. - ¿Cómo se organizarán para llevar a cabo estos trabajos?

D.J. - Queremos integrar en los equipos de investigación a los alumnos del Máster Erasmus Mundus de Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana y, por ejemplo, pronto vendrá un estudiante licenciado en Arqueología por la Universidad de Chile a Tarragona para cursar estos estudios de tercer ciclo en la URV. Nuestra idea es integrar a los alumnos de máster y de doctorado de las dos universidades en los proyectos de investigación. Es fundamental que los estudiantes tomen parte, porque con sus tesis pueden aportar muchos conocimientos, a la vez que se forman académicamente.



Crèdit foto: Jordi Mestres / IPHES

C.S.B. - Por lo tanto, el intercambio no es sólo de investigadores consolidados si no también de alumnos que serán los futuros científicos.

D.J. - Exactamente, y eso es muy importante: implicar alumnos y profesores conjuntamente.

C.S.B. - ¿Y tienen mucho trabajo por codesarrollar?
D.J. - Mucho, porque
todavía no está claro cómo se produjeron las primeras ocupaciones en Chile. Uno de los lugares más antiguos estaba fechado en 12.500 años, en Monte Verde, pero recientemente, en el Current Anthropology, se publicó un artículo donde se constataba asociación de fauna e industria lítica en un yacimiento de 11. 000 años, en Santa Julia, en el norte de Chile; se trata de un campamento de grupos de cazadores. Por lo tanto, podría haber ocupación antes de lo que se pensaba.

Y en el caso de Monte Verde, tampoco tenemos muy claro por dónde llegarían. Hay dos tendencias en este sentido: que penetraran por la zona andina y, por lo tanto, serían cazadores, o que entraran por la costa.

C.S.B. - En todas estas cuestiones, ¿cómo se complementan los miembros de su equipo con los del IPHES?

D.J. - Somos grupos con una realidad diferente y, por lo tanto, podemos compartir experiencias. Ahora bien, ambos tratamos temas globales: los primeros pobladores es un asunto que se discute por todo el mundo y, en este sentido, la perspectiva evolutiva es un punto de encuentro. Europa, por ejemplo, tiene mucho a decir, porque posee escalas temporales de mucha antigüedad y lo que se ha observado en estos yacimientos sobre la diversidad cultural, la capacidad adaptativa de los homínidos, etc, nos puede ayudar mucho para estudiar lo mismo en América. Y también en la metodología de trabajo.

C.S.B. - Son éstos algunos de los aspectos que usted ha podido comprobar y comentar, aportando también su caso en Chile, visitando yacimientos donde trabaja el IPHES como Vinyes Grans, Molí del Salt, Orce, Atapuerca ...
D.J. - Efectivamente, porque me interesaba ver
el tipo de emplazamiento, cómo se excava, desde qué perspectiva se enfrentan a ellos... y yo les decía cómo lo hago en Chile con mi equipo, qué problemas que tenemos. Hay miembros del IPHES como Eudald Carbonell, Robert Sala o Xosé Pedro Rodríguez que ya han efectuado diferentes visitas a Chile para conocer nuestro trabajo, porque con nuestros yacimientos, ellos también pueden encontrar respuestas a algunas problemáticas del estudio de la evolución humana. Así que este intercambio es muy enriquecedor para ambas partes.

C.S.B. - De hecho, con al red de investigación hispaoamericana uno de los ámbitos de trabajo conjunto que se contempla es favorecer este intercambio de conocimiento y estructurar investigaciones que intenten resolver temas de la evolución humana que todavía no están nada claros.

D.J. - Exactamente. Lo hacemos a través de lo que hemos nombrado Proyecto Orígenes. Trabajamos en red y se está demostrando que es una manera muy ágil de investigar conjuntamente. La investigación hoy día no puede ser una actividad aislada de un grupo o de un individuo. Hay que hacerlo transdisciplinarmente y colaborando entre equipos que tratan temas similares, pero que estamos unidos por muchas cosas que tenemos en común.

Lo mismo pasa ya con la publicación de artículos de impacto en las revistas científicas. Se publica en equipo y normalmente es el conocimiento que han obtenido diferentes equipos internacionales trabajando sobre una misma cuestión.

El hecho de poder compartir estas experiencias no tiene precio.

martes, 17 de junio de 2008

Bienvenida a la comunidad hispanoparlante

Miembros del IPHES reunidos en asamblea. En primer término, a la derecha, Eudald Carbonell - Crèdit foto: Jordi Mestre - IPHES


Nuestro Instituto, con el afán de conectarse a la realidad lingüística, abre su blog en castellano en la perspectiva de contribuir específicamente al intercambio de información con el resto de la comunidad hispanoparlante.

La iniciativa forma parte de nuestras proposiciones acerca del mantenimiento de la diversidad cultural y lingüística de nuestra especie para la integración de conocimiento y del pensamiento en el siglo XXI.

Deseamos, y esperamos, que sea un instrumento de comunicación y debate.

Bienvenidos al blog del IPHES